La Naturaleza de aquí

La Naturaleza de aquí

Llegué a Monterrey en 1998 y, para estas alturas, ya estoy muy metido en las dinámicas de la ciudad. De hecho, últimamente he trabajando mucho para los Tigres de la U de Nuevo León y el Tec de Monterrey. Lugares bien interesantes para comprender el carácter de la ciudad. Una ciudad que me espanta y fascina todo el tiempo. Y debo decir que disfruto ver la manera en que los artistas también se fascinan y espantan con lo que pasa aquí.

En la recta final del 2020, Eliud Nava presentó dos exposiciones en TRANS. Las expos nos piden poner atención en otros lugares; los cables y las aves. 

Atenas Orozco, presentó (NOS)SOTROS, una serie de dibujos, fotografías y esculturas, que nos invitan a poner la mirada en los cables de la ciudad. Lo enredados que están. La cantidad que hay. La complejidad que implican. Me gusta como lo pone Eliud en su texto. Cables y cables en el paisaje urbano de Monterrey. Postes y postes. A veces el cielo azul, casi siempre gris. Mirar los cables, nos puede dar pistas de como está funcionado el lugar en el que vivimos y como nos relacionamos con los demás. 

Por otro lado, Angélica Piedrahita presentó  GRITOS, CHILLIDOS, GRAZNIDOS, CHIRRIDOS, BARULLOS Y OTROS COTORREOS. Ella nos invita a cerrar los ojos y poner oido en el canto de las aves. ¿Cuantos tipos de aves habrá aquí? ¿Cómo suenan? ¿Cada cuando cantan? ¿Qué se dirán entre ellas?. Platiqué con ella sobre la pieza en video que presentó en TRANS y, mientras me contaba sobre su exploración, encontrábamos coincidencias con los seres humanos que también habitamos esta ciudad. Por ejemplo, aves que se han adaptado a la ciudad, lo deben a su metabolismo. Y pues sí, hay que tener estomago para aguantar, pero también, para disfrutar este lugar en el que vivimos. 

Con más de veinte años de haber llegado aquí, ya no le doy tanta cuerda a los foráneos que critican las dinámicas y la forma de ser de la gente de Monterrey. Suelen calificarlos de cerrados y conservadores. He buscado muchas formas de explicar que no es tan así cómo lo ven. Hoy podría recomendarles voltear a ver los cables o escuchar las aves. Es una ciudad que siempre encuentra cómo conectar un cable más para que las cosas sigan funcionando. Es una ciudad en la que las aves de distintas especies se establecen, comunican y vuelan con libertad. Ni tan cerrados, ni tan conservadores. Particulares. Para el caso, conectados y adaptados con sus propia naturaleza. Me gusta la invitación de Atenas y Angelica, a dejar de estar tan encerrados en nosotros mismos. Mejor voltear al cielo para encontrar otras formas de entendernos. 

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Half Time

Half Time

Calma

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