Half Time
Nos vamos a medio tiempo. Estamos cero-cero. La esperanza está viva. Hay alegría y nervios. Todo puede pasar al regreso. Para el equipo de La U de Nuevo León, la historia dio un giro desafortunado. No deja de ser un encuentro inolvidable. Al margen del resultado, se partieron la madre.
El fin de semana pasado, el mundo vio el Super Bowl y su famoso half time. Un half time dónde los espacios publicitarios han alcanzando los costos más altos posibles. La audiencia global está cautiva. El show de medio tiempo se ha convertido en algo tan importante como el partido que se juega. La noche del Domingo, The Weeknd tuvo otra presentación en vivo durante la pandemia. Tanto en la presentación que tuvo con MTV, como en ésta, juega con las posibilidad que ofrecen los espacios vacíos. Sus canciones de desamor toman una nueva dimensión al ser presentadas así.
La presentación de The Weeknd me recordó las imágenes del Cremaster de Mahew Barney. Películas épicas que se comportan como objetos. De hecho si me preguntaras de qué se tratan, no te sabría contar su historia. Las coreografías en un cancha dónde resaltan dos globos de Goodyear, definitivamente conectan con mi parte publicitaria. Aunque ahora las imágenes de Mathew Barney me llevan a pensar más sobre eso seres extraños que se comportan de manera violenta.
Tigres, Bucaneros, Monstruos. FIFA, NFL, Mathew Barney. En los deportes o en el arte, acudimos a historias con personajes extraños que se comportan de manera violenta. Tienen sus razones. Atacan. Muestran su espíritu. Tienen sus encuentros y sus half time.
En marzo del 2020 todos nos fuimos a half time. Un half time que ya duró demasiado. No sé si estábamos perdiendo o ganando en el primer tiempo. No sé si tenemos que salir a defender un resultado o a darle la vuelta al marcador. Por lo pronto vamos cómo The Weeknd, tratando de abrirnos paso por un laberinto lleno de gente con mascaras. Nos toca convertirnos en los seres extraños que muestran su espíritu en cada encuentro.