El Viento
¿De qué otra cosa podríamos hablar? Ese era el título de la exposición de Teresa Margolles con la que representó a México en la Bienal de Venecia del 2009. En aquella época pasábamos por otra especie de contingencia o cuarentena. Una en la que había gente matándose en la calle, mientras que los demás buscábamos las formas de seguir haciendo una vida relativamente normal. Revisábamos twitter para ver si habían reportado alguna balacera o buscar alguna ruta segura para llegar a nuestra casa, trabajo o cualquier lugar. En las redes sociales tratábamos de establecer un equilibrio entre estar informados y darnos esperanzas de que juntos íbamos a salir de esa. Aquella exposición de Teresa Margolles, era una serie de reflexiones que nos invitabna a observar las causas y efectos de la guerra del narcotráfico. En fin, ¿De qué otra cosa podríamos hablar?.
Hoy, en plena contingencia sanitaria ante el COVID-19 ; tengo la fortuna de haber pasado los últimos días en casa, saliendo lo mínimo indispensable. Tanto ruido llegué a sentir en los medios, que en un momento decidí apagar todo y atender el silencio. En la zona en la que vivo, sin autos en las calles, sin maquinas de construcción haciendo su trabajo, sin gente en las banquetas teniendo alguna conversación; escuché algo que en trece años de vivir aquí no había escuchado. El viento en las ramas de la palma que está cerca de mi terraza. Era el único ruido presente. Me pareció simbólico.
Momentos como éste, nos ponen a pensar lo que somos los seres humanos ante la naturaleza. Me hace pensar en las imágenes de Caspar David Friedrich, pero sobretodo, me hace pensar en las imágenes que se quedaron grabadas de una visita a MARCO en una exposición de Tomás Sanchez.
¿De qué tamaño somos? ¿Qué tan solos o acompañados estamos? ¿Qué tanto cuidamos el lugar en el que nos tocó vivir?
En este texto me permito escribir en plural, porque creo que es la única forma en que vamos a salir de ésta.