Dudas

En este momento estoy tomando, de forma paralela, dos cursos de historia del arte. En uno revisamos lo que ha pasado en el arte de finales del siglo XIX a la actualidad y, en el otro, estamos revisando del Renacimiento a finales del siglo XIX. El hecho de llevar los dos cursos al mismo tiempo, me lleva a reflexiones muy particulares, porque es inevitable que haga conexiones entre ambas evoluciones. 

El curso que parte del Renacimiento, lo estoy tomando vía skype con Baby Solis y junto con otro compañero en algún rincón de México, vamos repasando con nuevos ojos estos periodos del arte. Me refiero a mis ojos, que a los 39 años ven cosas que antes ni me daba cuenta, y con los ojos de la maestra, una chava más joven que yo, que nos lleva incluso a revisar más artistas de los que comúnmente se abordan en estos cursos. 

Cuando llegamos al Barroco sabía que iba a disfrutar mucho la obra de Caravaggio, pero no tenía previsto que me iba a maravillar con Tintoretto. Mientras conversábamos sobre el Barroco, un momento en que el arte toma un giro crítico al contrastar las ideas de Martín Lutero con las de la Iglesia Católica, empecé a conectarlo con otros momentos de quiebre en la historia.

Al revisar La Última Cena de Tintoretto me quedé impresionado. La idea de hacerse unos pasos atrás en la popular obra de Leonardo da Vinci, me llevó a reflexiones sobre la importancia de cuestionar una idea. En su última cena no solo vemos a los Apóstoles y Jesucristo en la mesa, sino que nos hace preguntarnos qué más estaba sucediendo ahí ¿Quién sirvió la cena? ¿Cuanta luz había? ¿Se podría haber colado un gato?. 

Esta imagen se quedó sellada en mi memoria. ¿Cuántas cosas no daremos por establecidas simplemente porque estamos muy acostumbrados a ellas?. Esta imagen me invita a cuestionar ideas con lo que puedo estar muy cómodo.

A partir de esta obra, tengo una idea renovada del Barroco y Tintoretto. Disfruto mucho entender que lo sucedido en este periodo del arte, nos puede ayudara entender tantas cosas en el presente.