Saturday Evening

Saturday Evening

Tengo rato de no publicar. He estado ocupado. Por un lado mi oficio publicitario y, por otro; mi nueva vida con Maple. Una perrita dormilona de cinco años, que adopté hace unos tres meses. Aunque claro que he visitado expos y platicado con artista; nada había encendido la llama que me pidiera tomarme el tiempo para escribir.

En mi vida publicitaria, claro que encuentro arte. Hablamos de bodegones, como si habláramos de promociones. Colaboramos con artistas, de la misma forma que también colaboramos con analistas digitales. Tenemos conversaciones de estética, con la misma seriedad que se atiende un balance financiero.

En esa faceta publicitaria, me gusta revisar la historia además de las tendencias. En la historia encuentro artistas que navegaron en lo comercial con gracia. En su momento me tomé el tiempo de hablar sobre Jesús Helguera. En esta ocasión, quiero hablar sobre Norman Rockwell. Sus imágenes me evocan nostalgia de un pasado que no vivi. 

Al darle una nueva revisada a su trabajo para The Saturday Evening Post, encontré eso otro que me ha tenido ocupado; los perros. Según leí, Norman Rockell amaba sus perros y los uso de modelos para muchas de sus ilustraciones. Me parece interesante como los incorpora. A veces son protagonista, a veces los pone como personajes secundarios que añaden un sentido cálido a la imagen. 

Maple, la perrita que vive conmigo. Toma protagonismo tres veces al día. Son paseos cortos pero muy calmados. Me permito tomar su rimo en esos ratos. Luego, pasa a ser ese personaje secundario que duerme, sale a la terraza a tomar el sol, para luego volver a dormir. Es una presencia cálida que me recuerda el valor de estar en paz. 

Hay artistas que me gustan porque me invitan a reflexionar. Hay otros porque sus imágenes son simplemente encantadoras. Si tienen perritos, pues más. 

Las últimas cartas

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Frank

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