El señor canoso de pelo largo.

El señor canoso de pelo largo.

En el verano del 95 visité Zacatecas con mis papás. No sólo estaba de paseo visitando museos, también estaba atravesando por dos momentos importantes; la partida de mi hermano y mi entrada a la adolescencia. Era un momento de búsqueda activa de identidad.

De todo ese viaje, el recuerdo más vivo que tengo es el autorretrato de Francisco Goitia en el museo que resguarda gran parte de su obra. Tengo muy claro el momento en el que contemplaba la pintura de un señor canoso con el pelo largo y el pecho descubierto. Estaba muy intrigado sobre lo que podía pasar en ese señor, de esa edad y ese momento en el que fue pintado. 

Mis dos referencias de Abuelos, a quienes yo quería comparar con el señor de la pintura, no podían ser más distintas. Por el lado de mi madre, está Don Isaías Almaraz, el respetable dueño de una ferretería que se distingue por ser honesto y trabajador. Por el lado de mi padre, Don Fernando Romo, un tío que de alguna manera adoptó a mi padre tras la partida de mi abuela, ese tío a su vez era el mismísimo Obispo de Torreón, un señor muy cariñoso que asumía la responsabilidad de ganarse la confianza de toda una comunidad. Siendo que probablemente mis dos figuras de abuelos eran mis referencias de destino, sólo conocía destinos de respeto que se gana a través de ser una persona recta; pero el señor de la pintura presentaba un destino que no estaba en mi panorama. Esa pintura, en mi adolescencia, me presentaba la posibilidad de poder llegar a viejo siendo rebelde y libre. Confieso que es una tensión que no logro conciliar, conducirme con rectitud y lograr tener un espíritu libre y rebelde. 

Cuando trato de identificar en qué momento empezó mi amor por el arte, suelo apuntar a la escena dónde yo contemplaba ese autorretrato en Zacatecas. Entendí que el arte era capaz de sorprenderme, aunque hasta hace poco logré ensamblar que lo he tomado cómo una herramienta para comprender mi realidad y conocer realidades alternas.

Tengo una visita pendiente a Zacatecas para reencontrarme con el momento de partida de un interés que cada vez me tomo más en serio.


Me sentía desarmado.

Me sentía desarmado.

Nueva Pilsen.

Nueva Pilsen.