La Mirada
Me reuní con Amanda Cantú para hablar sobre la exposición que presentó en Galería Regia junto a siete artistas dentro del marco de preMACOmty. Bajo el concepto, Voluptuosidad Fragmentada, me explicó detalles sobre la fuerza y violencia que existen en todas las mujeres, que muchas veces es callada por apegarse a tradiciones muy ancladas en nuestra cultura. Las ideas que me compartió sobre las obras de Lola Ramos, Elena Paez, Georgia Duran, Denise Longoria, Perla Tamez, Viviana Sofía y Stephanie Rose; me permitieron comprender que dicha fuerza puede ser manifestada de una forma que regularmente incomoda a muchos.
La plática me dejó la tarea de tener una nueva mirada para mis compañeras de trabajo, mis amigas y demás mujeres con las que convivo. Comprendí que cometí un error todas la veces que dije cosas como ¿Por qué te enojas?, No tienes porque tomarlo así, Bájale dos rayitas. Pareciera que a muchos hombres nos inquieta tanto ver la fuerza de una mujer, que tenemos el impulso de quererlas regresar a su estado alegre, tierno o afectivo.
En medio de estas reflexiones, visité el Museo de Historia Mexicana para ver la exposición de Graciela Iturbide. En dicha retrospectiva, destaca una serie de fotografías que presenta el cotidiano de la vida en Juchitán. Al observar las imágenes de esta serie, me cayó el golpe de que también tenía que cambiar la mirada en la primer mujer que conocí, mi mamá. Recordé anécdotas de su niñez en el rancho. Alguna vez me platicó que le pedían atrapar una gallina para que luego ella misma le tronara el cuello y pudieran preparar la comida del día. Ahí estaba una niña, una mujer; tomando en sus manos conceptos como la muerte y la sangre como parte de la normalidad. La misma mujer que siempre ha estado para apoyarme, cuidarme o animarme; es al mismo tiempo una mujer que contiene la fuerza que se aborda en la exposición.
A través del arte voy evolucionando mi forma de ver el mundo, pero la verdad no esperaba que esta evolución llegara a un lugar tan especial.